Septiembre es un mes lleno de orgullo para Centroamérica y Guatemala en específico. Celebramos la independencia y también recordamos lo que nos hace únicos. Entre estos símbolos está la marimba, que no es solo un instrumento, pues también es una expresión viva de nuestra historia, nuestra cultura y nuestra identidad.
Una historia de mezcla y evolución
La marimba tiene un origen fascinante. Se dice que nació entre los siglos XV y XVII como resultado de la mezcla de influencias africanas, europeas y mesoamericanas. De África pudo venir la idea de agrupar tablillas de madera que producen sonido al golpearlas; de Europa llegó el sistema musical de doce tonos; y en Guatemala los pueblos originarios aportaron la creatividad para construir con maderas como el hormigón y con baquetas hechas de materiales locales.
Con el tiempo este instrumento evolucionó en nuestro país. En 1680 ya hay registros de su uso en celebraciones, y a finales del siglo XIX se construyó la marimba doble cromática en Quetzaltenango. Esa innovación abrió la puerta a nuevas posibilidades musicales y convirtió a la marimba en un instrumento tan completo como versátil.
Un símbolo patrio
La importancia de la marimba es tan grande que en 1978 fue declarada instrumento nacional. Años después, en 1999, se convirtió también en símbolo patrio. Además, cada 20 de febrero se celebra el Día Nacional de la Marimba; ese día los conciertos y las actividades culturales se multiplican en todo el país. En 2015 incluso recibió un reconocimiento internacional cuando la OEA la nombró Patrimonio Cultural de las Américas.
Parte de nuestra vida diaria
La marimba no vive solo en los decretos ni en los libros de historia. Está presente en fiestas patronales, ferias, actos cívicos y reuniones familiares. También forma parte de la educación; el Ministerio de Educación impulsa que se enseñe en escuelas y colegios para asegurar que las nuevas generaciones la conozcan y la valoren. En muchos casos las instituciones públicas tienen sus propios conjuntos de marimba, lo que demuestra que sigue siendo parte de la vida cotidiana de todos.
Artistas y compositores que han dejado huella
La historia de la marimba está llena de nombres que la hicieron crecer. Léster Godínez dedicó su vida a difundir la marimba de concierto y fundó varias agrupaciones. Rocael Hurtado destacó como compositor y marimbista en Quetzaltenango. Joaquín Orellana fue aún más allá; además de ser compositor, creó instrumentos inspirados en la marimba a los que llamó “útiles sonoros”. Entre ellos está la Sonarimba, la cual creó en 1972 y que abrió caminos hacia sonidos innovadores. Estos artistas lograron que la marimba no solo se conservara; también la llevaron a nuevos escenarios y estilos musicales.
La marimba hoy
Actualmente la marimba vive un momento especial. No solo se interpreta en sones tradicionales, también se toca en conciertos de música clásica, en arreglos modernos y en fusiones con otros géneros. Agrupaciones como la Marimba Nacional de Concierto o la Marimba de Bellas Artes siguen llevando su sonido a escenarios nacionales e internacionales. Al mismo tiempo, nuevas propuestas combinan tradición con innovación, lo que demuestra que este instrumento tiene un futuro tan vivo como su pasado.
Orgullo que se celebra
La marimba es mucho más que un conjunto de teclas de madera. Es parte de nuestra historia, nuestra creatividad y nuestra manera de expresarnos como guatemaltecos. En este mes patrio celebremos con alegría este instrumento que nos representa y que seguirá sonando con fuerza en las generaciones que vienen. Cada melodía nos recuerda quiénes somos y nos invita a sentir orgullo por Guatemala.